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Recuerdos olvidados. Por María José Saenz (relato escrito el 27 de abril de 2006)

Recuerdos olvidados. Por María José Saenz (relato escrito el 27 de abril de 2006)

El título de este relato nace de la palabra que se repetia siempre en mi cabeza, olvido, olvido que no siempre es tal, olvido que es consciente, este olvido que creo se debe a la negación que yo misma hice de mis deseos, siempre existen en los jovenes la presión de los padres, yo sentí la presión de ser la mejor. La mejor de la clase, cosa que nunca deseé, ni me esmeré por lograrlo. La mejor significa sobresalir del comun, de lo ordinario, significa ser especial. Ahora considero que soy alguien especial, pero en la epoca de la secundaria no lo creía así.

La secundaria la empecé en el colegio San Buenaventura, en pleno centro de Mendoza, no es que haya sido mi primera opción, más bien fue "una" opción querida, elegida, de tantas otras no deseadas. Mi ilusión era entrar en Corazón de María, un colegio que me gustaba, no sé por qué, pero era mi deseo; luego de negarme a ingresar a el Colegio Misericordia (colegio sólo de mujeres al cual ya estaba inscripta por mi madre, elección de ella) pude convencer a mi madre que me dejara rendir en Corazón de María, por supuesto entré, pero no me duró mucho, no me dejaron ir, mi madre no quiso, porque los varones eran "irrespetuosos" con la chicas. segun mi madre.

Luego de la desilusión terminé en San Buenaventura, Colegio de los HH. Franciscanos, ubicado en la calle Patricias Mendocinas y Las Heras. Me gustaba el colegio, gente nueva, no conocía a nadie, por lo que era todo un desafío conocer y hacerse conocer, no me fue dificil acostumbrarme, es mas iba al colegio contenta, me levantaba a las 6:30hs para tomarme el micro a las 7:05 hs, no fuera a pasarseme el micro y llegase tarde. Siempre llegaba temprano, dejaba mis útiles en el curso y salía del colegio para ir a rezar a la Parroquia San Francisco, a la vuelta del colegio. volvía a las 7:30 para formar. Me encantaban los bancos largos de madera, tipo pupitres pero largos como para 3 personas, aunque solo nos sentabamos 2 por banco. Los bancos tenían como unas canaletas en la parte superior, como para sostener los lápices; el aula daba a la calle Patricias Mendocinas, muy luminosa y cómoda, se sentían los micros pasar constantemente, pero no recuerdo que me haya molestado el ruido. Lo lindo de los recreos era ver a los chicos de segundo año que estaban por el otro lado, del lado de la calle Las Heras, El colegio es toda la esquina de las dos calles. Durante los recreos haciamos amigos y novios, me gustaba juntar parejitas, era casi la casamentera del curso porque tenía muy buena onda con los chicos y se los presentaba a mis compañeras. A pesar de no sentirme 100% segura de mí misma, tenía muchos amigos.

Las clases eran entretenidas, me encantaba tener Historia, el profesor, además de enseñarnos su materia, siempre tenía algo más para enseñar, que con el correr del tiempo me doy cuenta que tenía razon. siempre nos traía un dicho, y nos enseñaba a aplicarlo, basandonos en la historia, la de la materia y la nuestra propia. Recuerdo que me gustaba la clase de Caligrafía, no sé por qué pero la recuerdo gratamente, me encantaba dibujar esas letras estilizadas, escribir con pluma,dar a las letras forma perfecta, algunas redondas; lamento que en el otro colegio, al que fui al año siguiente no tuvieramos esa materia. Mi letra mejoró muchísimo gracias a Caligrafía. No me llevé ni un solo objetivo ese año, y nunca ma sincolié del colegio.

Al año siguiente, en 1992, mi mamá me cambió al colegio San José de los HH. Maristas, parte de mí aceptó, parte de mí no quería, tenía la idea de que la gente en ese colegio no era normal, eran todos conchetos, caretas. Lamentablemente no me equivoqué, empecé el colegio de mala gana, decidí entrar en Comercial, porque el título es Perito Mercantil, entré sin conocer a nadie, sólo conocía a una chica que había sido compañera de mi hermana en la primaria, que ahora resultaba ser compañera mía, este era todo el contacto que tenía con esta gente nueva, rara para mí, estaba acostumbrada a otra cosa, en el otro colegio nadie se fijaba en lo que tenías, acá todo el mundo te miraba, te medía. No la pasé muy bien con el grupo de chicas, porque había una que era muuuy mala y decía pestes, mentiras de todo el mundo, incluso de mí, sin conocerme. Pero por mucho tiempo me centré en mis amistades de sexo masculino, eran más honestos, mejores persona, leales a la hora de decirte las cosas de frente si tenían algun problema, no hablaban por las espaldas.

El colegio es hermoso, ocupa creo que toda una manzana, dividido en tres patios internos uno de primaria y jardin y otros dos para la secundaria, en uno 1º, 2º y 3º y en el otro patio, cerca de la dirección 4º y 5º año. Cada año se dividía en dos Bachiller y Comercial. Algunos días a la tarde teníamos gimnasia, por lo que nos quedabamos a almorzar en el colegio, un día teníamos boley o basquet y otro día teníamos natación. el gimnacio era gigante, con gradas, también teníamos 3 canchas de futbol, una de voley, una de basquet, ésta estaba adentro del gimnasio, y la pileta olímpica. el colegio estaba buenísimo como estructura, pero muy lejos, todos los días nos pasaba a buscar, a mi hermana y a mí, el transporte escolar, nos llevaba y traía Cristina, la Señora del transporte con quien aún hoy tengo contacto.

Las clases de Ingles no eran para nada divertidas creo, porque la verdad es que no recuerdo mucho, como yo iba a AMICANA, sabía mucho de inglés, entonces no necesitaba prestar mucha atención a las clases. debe ser por eso que no las recuerdo, sí recuerdo muchas otras clases, como la de Merceología, que me encantaba, hacía todas las formulas químicas, sales, alcoholes, etc. siempre me sacaba 9 o 10, y encima le hacía la prueba a una amiga. También recuerdo las clases de Derecho Administrativo y de Derecho Usual, la daban dos profesores divinos, Pincolini e Iglesias, respectivamente, "el Pinco" se decía que estaba medio loco, porque decían que se le calentaba la chapita que tenía en la cabeza y te tiraba con el borrador o golpeaba su banco, fuera de esos inconvenientes, era excelente profesor, todos decían que sólo a las chicas le ponía 10 pero no era tan así, tenías que estudiar sino, no hay 10 ni nada, había que volver a rendir. "El Pinco" era también excelente fuera del colegio, organizaba viajes turísticos con alumnos del colegio, una año fuimos a la laguna del Rosario en carpa, para el festejo de la Virgen y otro año fuimos a Puerto Madryn al avistamiento de las ballenas y pinguinos. Yo fui a estas dos, también fueron al Glaciar Perito Moreno, pero a mí no me dejaron o no quise, no sé. El Dr. Iglesias era el esposo de la profe de computación, con los dos tenías que estudiar, sino no aprobabas ni a palos, pero lo bueno que tenían ambos era que los examenes eran lógicos, no podías estudiar de memoria, tenías que razonar, tanto en los casos prácticos de derecho como en lo que tenías que hacer en computación. Otro muy buen recuerdo es del profesor de Mecanografía y Estenografía, un profesor grandote, con lentes, poco pelo pero no pelado, fumaba un montón desde temprano, gracias a la exigencia en la materia hoy puedo escribir rápido en un teclado, lamento haber`perdido la costumbre de escribir en estenografía, porque recuerdo que en los primeros años de facultad, cuando estudiaba abogacía lo usé muchísimo, escribía en símbolos estenográficos. Este profesor fue a quien elegimos para acompañarnos en el viaje de egresados, a pesar de su caracter rudo y exigente con los trabajos, era muy divertido y amable.

Recuerdo que desde 2º año hasta 4º me llevaba objetivos para ser parte de los que se llevaban algo y se quedaban en diciembre, pero me acuerdo que en 5º año tenía tantas cosas por hacer antes de empezar la Facultad, como era terminar los estudios de Ingles en AMICANA, que no me llevé nada, saqué buenas notas. sí me sincolié muchas veces, pero estudié para no llevarme nada en las vacaciones y poder terminar con Inglés al mismo tiempo que con la secundaria.

La secundaria terminó en 1995, dejé de ver a mis compañeros, a la mayoría salvo a una de mis compañeras que hoy es una gran amiga y otras tres del otro curso, de bachiller, que seguimos siendo amigas hasta el día de hoy. Después de todo, no todos eran como yo los imaginaba. Debo estar olvidando un montón de momentos de la secundaria, pero lo que recuerdo no está tan mal.

2 comentarios

erica -

hola manolas queria mandarles desde donde estoy , besos

Prof. Martín Elgueta -

María José muy interesante tu biografía, quedamos a la espera del análisis de la misma.